domingo, 27 de abril de 2008

Primavera en Warwick

A pesar de la inestabilidad del clima, parece que -por fin!- llega el buen tiempo...

Arriba, el estanque japonés; abajo, las flores que están plantando...


Y el prado (aunque no se aprecie demasiado bien en la foto, está lleno de margaritas)... como voy a sufrir el año que viene en la Charly...



miércoles, 23 de abril de 2008

Un libro es como un jardín que se lleva en el bolsillo



Bueno, pues 392 años después de que el amigo Cervantes y su colega Shakespeare la palmaran a la par, una vez más celebramos el día del Libro ^^ Vale, no acabo de descubrir América; lo que pasa es que quiero que recomendéis algún librejo...(A.C, el que me dijiste no lo encuentro en la library T.T) ....a ser posible, de autor internacional (ya tengo una lista de escritores españoles o latinos esperando para cuando vuelva a España).

Yo estoy con un libro de cuentos de Roal Dahl (sí, el de James y el melocotón gigante, la fábrica de chocolate y todo eso, pero tb escribe para adultos eh?), y una novelita de Jostein Gaarder -y no, no es el mundo de Sofía XD, se llama "La hija del director de circo" (o algo así, no sé cómo lo habrán traducido al castellano), y mola porque el prota está un poco loco y da bastante miedo -me siento identificada.

Bueno, pues os copio un poema de Coleridge, que recuerdo haber leído precisamente en el mundo de Sofía:

What if you slept?

And what if, in your sleep,you dreamed?

And what if,in your dream, you went to heaven

and there plucked a strange and beautiful flower?

And what if, when you awoke, you had the flower in your hand?

...Ah, what then?

jueves, 17 de abril de 2008

5 partes de una historia y una nota desesperada.

Esto es algo que me ha ocurrido hoy. Lo escribí en hojas, cada parte en una. Ahora tan sólo lo transcribo; no cambio nada, para que podais leer de primera mano tal y como lo iba pensando en el momento. ^^

1ª PARTE: señales del destino.

Cuando volví a Inglaterra tras mis vacaciones de Semana Santa, encontré que el casero había cambiado la puerta de mi habitación (como el resto de las de la casa, ahora es “a prueba de fuego”); en la cerradura estaba la nueva llave. Unos días más tarde, vino para seguir con sus reformas (nunca terminará) y me dijo que me había cambiado la puerta (como si fuese tonta, o tal vez por eso ¬¬) y que cogiera la nueva llave. Yo le expliqué que no utilizo la cerradura, nunca echo la llave en mi habitación, así que ahí seguía la llave. “Ya”, observó, “pero la llave está por fuera, alguien podría echarla y llevársela”. Yo lo consideré harto improbable, pero por seguirle el juego dije “incluso estando yo dentro! Podría quedarme encerrada! Jajaja!”, así que cogí la llave y la puse por dentro.

16 de abril: medianoche, aproximadamente. Tengo una amiga inglesa que no he visto desde antes de vacaciones, así que le escribo un mail diciendo que a ver si quedamos un día, antes de que los exámenes se aproximen y entonces “tenga que encerrarme en mi habitación/biblioteca a estudiar” (palabras textuales).

Todo esto eran señales que yo, como cegata que soy, no supe ver a tiempo.
Continuará….

2ª parte: Encerrada (la habitación del pánico).


Nueve horas después de mandar aquel mail, me levanto y descubro que… estoy encerrada (esto tenía que pasarme algún día). Y no, no ha sido la policía ni los loqueros (ya no me dejo atrapar tan fácilmente); esta vez ha sido alguien de dentro. Estoy en mi casa, en mi habitación.

Qué barrabasada habrás cometido, pensaréis, que tus compañeros te castigan así, o tal vez sea que te tienen miedo (que también). Pero no… No ha sido mi puerta la culpable (recuerden, quité la llave ante la advertencia del casero). ¿Entonces?

Pues resulta (quienes hayáis estado en mi casa quizá lo recordéis) que hay un armario trastero en el pasillo de la planta media. Esta puerta hace “esquina” con la de mi habitación; no sé si me explico (pongo abajo la foto a ver si queda más claro), pero el caso es que alguien no ha cerrado bien la puerta del armario (que se usa de pascuas a ramos) con lo que mi puerta ahora no puede abrirse.


Se abre sólo una rendijita, por la que apenas cabe mi mano. Pruebo empujar en plan bestia, pero no funciona.

Al principio me hace gracia, pero luego me doy cuenta de la magnitud de la situación: ESTOY SOLA EN CASA, y nadie puede abrir mi puerta (bueno, cerrar la otra para que yo pueda abrir la mía). Llamo a mis compañeros de casa y los caseros, pero o bien no pueden venir, o bien no contestan a mis llamadas.

Por la rendija tiro al pasillo un avioncito de papel con una nota pidiendo auxilio, por si acaso alguien viene mientras estoy arriba y no me entero…




Continuará….

3ª parte: ironías de la vida.

Es cerca de la una, y sigo encerrada.

En estos momentos escribo a mano sobre un papel (luego lo pasaré al ordenador para publicarlo en el blog y que os podáis reir a gusto); tengo el portátil apagado, para usarlo ante una verdadera emergencia, porque, para colmo de males, a media mañana se ha ido la luz (¿apagón? ¿se ha agotado la electricidad? –es que es recargable. No lo sé…), con lo que quedan un par de horas de vida en la batería. Ah, junto con la electricidad también se ha pirado el router (sé que es porque va conectado, pero por un momento pensé que se habían fugado en una aventura amorosa), así que estoy sin Internet –no puedo pedir auxilio, así que menos andar trasteando en el blog… Esto parece de película.

Empiezo a ver la luz (figuradamente) y comprendo que es una alineación astral, venganza divina o confabulación mundial en respuesta a mi pereza de los últimos días. Debería haber estado trabajando en mis essays (trabajos de la uni), pero he estado perreando –mucho-, mayormente perdiendo el tiempo en Internet (viendo vídeos chorra en youtube, buscando planes/vacaciones para el verano, etc). Esto es un castigo, además de una solución: no puedo ir a ningún lado y no tengo Internet; lo único que tengo en la habitación son los libros de texto y los apuntes, así que sólo puedo hacer una cosa: ponerme a currar en los essays!!

Todo encaja de tal forma que da miedo (¿estaré empezando a perder el juicio tan rápidamente?). Continuará…

4ª parte: los límites de la resistencia humana.

Todo esto parece muy cachondo, por aquí continúo… A mediodía mis tripas empiezan a quejarse, puesto que no he probado bocado desde la cena de ayer.

Tomo conciencia de que me encuentro ante una situación de emergencia, y debo sobrevivir, así que hago inventario:

En primer lugar, tengo agua. Bien. Por suerte anoche rellené una botella de las que andan rulando por el cuarto, así que deshidratada hoy no muero. El problema es que… bueno, mi habitación es doble y todo eso, pero baño de momento no hay, y la llamada de la naturaleza… Así que decido beber sólo lo imprescindible. (Hombre, se puede hacer pis por la ventana, pero sólo si llego hasta un cierto límite de desesperación).

Comida. Suelo tener alguna chuchería por aquí, pero sólo encuentro dos caramelos roñosos. Es demasiado ridículo para racionarlo, así que me zampo uno. Sigo buscando y encuentro en la mochila una bolsita de Mini-Pringles (una miseria, 23 gramos de patatas, pero ya es algo). Creo que con esto no aguantaré un día, cuando de pronto abro un cajón y… ta-cháaaan!! Ahí está, desde hace dos semanas, el mayor tesoro que una persona puede tener: la longaniza que A.C. y M.M (no diré nombre sin consentimiento previo) me trajeron de España!!

Casi lloro de felicidad. La estaba reservando para más adelante; porque tengo España reciente y aún no tengo “mono” de embutido; “la guardaré”, dije, “para cuando esté más desesperada” (palabras textuales). El momento ha llegado. Abro el plástico con un cortaúñas, y doy rienda suelta a la emoción (y la gula).

Continuará…

5ª parte: Libertad. Todo ha terminado.

Bueno, pues como podéis imaginar, ya soy libre. Son cerca de las dos, así que he estado unas 5 horas atrapada.

Afortunadamente unos de mis compas ha llegado, ha visto el avioncito (seguramente se habrá estado descojonando un rato) y me ha abierto.

Pues eso es todo… Mi aventura acaba aquí.

PS: Podéis poner comentarios riéndoos (de mí/conmigo), incluso metiéndose con una –pero, por favor, no me digáis que había una rápida, fácil y obvia solución que yo no he sabido llevar a cabo. No me hundáis ahora… ^^



Ahora, unas horas más tarde, ya tengo Internet en casa, y he salido a la calle a que me dé el aire. La persona que me encerró está riéndose a mi costa a muchos kilómetros de distancia (estuvo todo el día disculpándose hasta vio que yo me estaba descojonando sola), y ahora está difundiendo la historia entre sus familiares, amigos y conocidos. Así que, advertencia: si esta historia llega a tus oídos, con alguna variante y añadido inglés, que te conste; no es una leyenda urbana!!

martes, 8 de abril de 2008

El villacañero - revisado y ampliado

Se permite la reproducción total y parcial con cualquier fin, con o sin consentimiento explícito de la autora, así como el plagio, exhibición y distribución ilegal.

El villacañero no escucha el MP3 en la moto; oye el arradio (el transistor) en el amoto… de esto pueden dimanarse consecuencias como un “acidente”, acabando en eslince por ejemplo (¿casualidad o causalidad?), o con un chijjquío.
El villacañero no mete cizaña; es un cordelero, un cinmilla o un rajcacincha.
El villacañero no es pedigüeño; es que parece que le ha hecho la boca un fraile.
El villacañero no es avaro; es un roñoso, o de la cofradía del puño cerrao.
El villacañero no se moja cuando llueve; se emporcha.
El villacañero no enferma, se pone pachucho (no está católico).
El villacañero no utiliza cinturón; usa una pita o un ataero.
El villacañero no dice “date prisa”, sino “venga ESPABIIILAAAA”.
El villacañero no dice “me voy a dormir; hasta mañana”, sino “me voy a la cuesta… hala, ahí os quedáis”
El villacañero no es un pesado; es más cansino que otro poco: un mogón o una mojca (mosca) de verano.
El villacañero no come un bocadillo de fuet; se jala un cacho gaíza y pan solico.
El villacañero no se mancha; se pone “infernal” o “como una tentación”.
El villacañero no es perfeccionista; es cabalico.
Al villacañero no se le estropea algo… se le descuajaringa o se le ejcacharra (escacharra).
Al villacañero no es que le guste salir, es que es un chumeco y un andorriero.
El villacañero no se abriga si hace frío, se pone la pelliza/chambergo/mantellina cuando hace ESPELITRE.
El villacañero no es bruto; es más basto que un arao.
El villacañero no se mete en un follón; se lía la de San Quintín.
El villacañero no asiste a un pase de diapositivas, ve “ideas positivas” (del pagüer poin).
El villacañero no es epiléptico: tiene el baile de Sambito.
El villacañero no pronuncia trabalenguas, sólo reonoce que "laverdajejquejcomplicaodecirjajqui".
El villacañero no se asombra; dice “¡corazón de Jesús Sacramentado!”
El villacañero no se da prisa; tarda un verbo.
El villacañero no usa muletillas; sólo dice “¡ay, qué pena!” (¡Ay, virgen del Carmen!)
El villacañero no consigue algo; lo acarrea.
El villacañero no malgasta; es un derrochaor o derrochón.
El villacañero no te llama estúpido; dice “no, si cuando un tonto coge una linde…” (la linde se acaba y el tonto sigue), o “y, qué hermooooooooso”, o quizá te llame nómada/simio/artificial/de Quero.
El villacañero no va al rastrillo; va al lunes.
El villacañero no se lleva a su chica a un hotel; se la lleva al polígono (polígamo).
El villacañero, ante un Expediente-X (y los hay desde los terremotos), no se escandaliza (escandaliza); hace ausiones de los efectos subnormales.
El villacañero no se le insinúa a una chica; se pone en la acera de enfrente y grita “mozaaa… ¿tapetejco?” (te apetezco).
El villacañero, en el hato, tiene el siguiente avío: longaniza (gaíza), arretusomiau, picapica, piz (PYC); y si se va a asar, tocino (Isabel) y “entrecoz”. Si además es el último día, puede haber pasteles (especial) y hasta alguna cerveceja o chupitos de limoncillo, “por si hay muertes repentinas”.
El villacañero no asume las consecuencias de sus actos; apechuga con lo que le caiga.
El villacañero no va de mal talante; va a remolque.
El villacañero no amenaza a sus hijos con el hombre del saco; le dice “como venga el Olegario…”
El villacañero no dice “ve allí donde está esa vid con una extraña formación de ramas en la cima”; sino “tira pa…. (el moño)”
El villacañero no dice “el parte meteorógico predijo precipitaciones, y de hecho, si miras el cielo verás que pronto va a llover”; el villacañero dice “paece que…” “coroque…” o “¡¡que vienen los morrones!!”
El villacañero no dice “ups, se puso a llover… será mejor que dejemos de vendimiar”, dice “¡pero si no llueve! –mientras se hunde en el barro hasta las rodillas–, hala, vamos otro poquito”.
El villacañero no dice “es imposible que haga más frío”; dice “¿frío?¡Si no hace frío! Tú échate ejcarcha (escarcha) por la cara y ya verás: ¡te sale fuego!”
El villacañero, para limpiarse los zapatos, se acacha y se los sagude (pero si no te ahorras ninguna letra…)
El villacañero no dice “será mejor que no remuevas el guiso, o se quedará insípido”, sino “¡ya lo habís bazuqueau*, ya lo habís bazuqueau!”
*bazuquear: acción y efecto de bazuqueo (reacción química de las granas de tomate que, en fermentación con la grasa desprendida por la carne –magro- provoca una variación en el sabor del guiso en cuestión –en este caso, el mojete).


Si has llegado a un pueblo en medio de la nada del desierto manchego, y observas alguna de las características anteriormente mencionadas, la gente grita “¡aquí! ¡mucho calor!” y formula extraña teorías, y hay tractores (cosechadoras, tres o cuatro empacadoras…) por las calles… entonces, estás en Villacañas!! Huye antes de que sea demasiado tarde! Quizá ya te estés transformando...

Visita española ^^ (con censura)

Sí, con censura, porque han pasado cosas que no pueden contarse… No penséis mal, no es nada ilegal, pero es demasiado vergonzoso… Y me diréis “¿vergonzoso? Pues anda que no pasan cosas estúpidas, pedazo de…”, y yo os contestaré: “sí, pero todo tiene un límite”. Tampoco quiero hacerme la misteriosa, así que empiezo ya.

Empezó la semana pasada, un día después del vuelo que narraba en mi anterior entrada. Tras el viaje la tarde anterior, el desempaque y una compra rápida en el Tesco (Tejjjco), me había ido a la cama agotada, pero feliz pensando que iba a Londres, a pasar el día con unas amigas (no diré nombres, para que no se avergüencen de que alguien las relacione conmigo) que luego vendrían a Coventry. Esa mañana tenía que tomar el bus de las 8 am en la estación Pool Meadow (o séase, el prao de la charca), que queda a 20 minutos de mi casa, así que preparé la alarma para las 7.

Durante la noche, sueño con un tema recurrente: pender el autobús. En esto que me despierto, y observo extrañada que hay demasiada luz en la habitación, teniendo en cuenta que no son ni las 7 (momento en que la alarma sonará). La diferencia horaria con España más el cambio de hora el finde pasado me ha trastocado, me digo; incorporándome para mirar el reloj… y… sí, lo habeis adivinado: las 8 menos 20 (¿dije ya q vivo a 20 minutos de la estación, y mi bus era a las 8?). Mi reloj interno es un hijo de puta. La alarma no ha sonado (y esta vez no es q no haya cambiado la hora al llegar a Inglaterra, eh? Eso no volverá a pasar). Seguramente la he apagado en un estado intermedio entre el sueño y la vigilia. No importa, tengo el tiempo justo; en peores circunstancias me las he visto –como despertarme 5 minutos antes de un examen para el que NO había estudiado (pretendiendo que me daría tiempo a hacerlo por la mañana), y aún así llegar a tiempo. Todo el posible, vamos MJ!!

[Aquí interviene la censura; es una pena porque no puedo explicar lo del “you look beautiful”…]

Las 8, y llego a la estación. Ha pasado algo bastante heavy, pero no importa, subo al autobús, fatigosa, (más) despeinada, y otras cosas que no pueden contarse. Me relajo… y mi estómago se queja por falta de desayuno. Afortunadamente ayer metí un sándwich en la mochila, me digo, no hay razón para que panda el cúnico. Sin embargo, el autobusero, de pie en medio del pasillo, hace unas advertencias. Indica, cual azafata de vuelo, las salidas de emergencia y nos recuerda la prohibición de fumar, comer o beber, que yo pienso ignorar hasta el momento en que dice “recuerden que hay 7 cámaras de CCTV a bordo. Así que si incumplen las normas, tengan por seguro que los pillaremos… y sobre todo, no olviden sonreir”.

Unas cuantas horas más tarde, me encuentro en Covent Garden contemplando el espectáculo callejero de Mark, el malabarista de la motosierra que se va quitando prendas si falla con el diabolo. La regresión al pasado verano me sobrepasa, qué emoción!!

El resto del finde, de puta madre, al margen de que perdí mi cámara digital (que recuperé dos días más tarde -¿veis como los ingleses no tienen malicia?). Lo mejor: pasar tres días haciendo el payaso (literalmente) como en la cabeza de Homer (es complicado de entender si uno no es fan acérrimo de los Simpsons), imaginar cómo oyen los ingleses el castellano: “blah blah blablah… jjjjjj”, y una barra enorme de longaniza (de la rica!! Gracias, chicas, esto me ha llegado al alma).

miércoles, 2 de abril de 2008

Vuelos, gente, aeropuertos

Bueno, pues ya estoy de vuelta en Inglaterra, tras dos semanillas en casa, que han pasado sin grandes novedades, con la excepción de que he aprendido a preparar sushi! (Gracias Akiko!) Os contaré con detalle, a ver si me pongo a intentarlo en casa. De momento, por actualizar, os cuento cómo han ido mis vuelos, ¿va?

Ida: de Birmingham a Madrid. Como soy rata, para no pagar por facturar maleta, pretendo viajar sólo con equipaje de mano (total, sólo llevo cuatro cosillas a España). Peeeero, mi bolso de mano tiene un tamaño considerable, que sobrepasa el 55x40x20 permitido (lo pasa y le da mil vueltas), pero como hasta la fecha nunca me habían puesto pegas, pretendía -ilusa de mí- que todo siguiera igual. Todo tiene un fin en esta vida.

Me presento en la mesa de facturación e inmediatamente la azafata me pregunta si voy a facturar. Como puede ver que no lo reservé por internet, pretende sacarme los cuartos ahora. Pues con menuda has ido a dar. Sonrío para mis adentros pensando "a mí me vas a timar... pues vas lista", y le digo que no, sólo equipaje de mano. La señora me dice que tengo que pesarlo, cosa que no me habían pedido nunca, pero alguna vez tenía que ser la primera. Como era de esperar, me paso de los 10 kilos, con lo que me dice que debo facturar, claro. Sin embargo, le indico, aquí dice que no hay límite de peso. Y aquí, la tía, todo borde, se me mosquea (y eso que tampoco lo dije en plan chulita...), y me dice que vale, pero que tiene que encajar en la caja esa que tienen para comprobar que no me paso de las medidas... Ahí empiezo a sudar, pues sé de sobra que no cabe. Pero ME NIEGO a pagar por facturar.

Intento meter la bolsa, que efectivamente, no cabe. La azafata insiste: tienes que facturar. Ella lleva razón, es cierto, pero soy yo, vale? Miento alegando que no tengo otro bolso donde meter móvil, llaves, etc; y que además llevo cosas que se rompen y por ende no puedo facturar. La vil mentira no me sirve de mucho, ella se mantiene firme. Entiendo que es la razón de ser de las compañías de bajo coste: si te cobran dos duros por el billete, luego intentan cobrarte por cualquier extra... pero no en mi caso, guapa. Así que le digo que la bolsa encaja si saco alguna cosa de la misma, lógicamente. Pero la tía, que es tonta pero con un límite, me dice "ya, y qué haces con las cosas que sacas? No puedes volver a meterlas, porque luego la bolsa no cabrá en el compartimento". "Pues saco ropa, y me la pongo encima, ya está". La azafata contempla asombrada como me pongo una doble capa de jersey más dos camisetas de manga larga anudadas a la cintura. Que se atreva a meterse con mi forma de vestir. Cambio mis zapatillas por las botas, que abultan más. Luego meto a presión el bolso en la caja, que sigue sin caber del todo, así que sigo presionando (mientras oigo el crujido al espachurrarse las cajas de té que llevaba) hasta que encaja. Fatigosa, exclamo "ve? sí que cabe". La azafata me da por imposible, así que acepta (olvidaba mencionar que, previsiblemente, detrás de mí se estaba formando una cola de dimensiones considerables) y me da la tarjeta de embarque.

Una vez pasado el control del escáner, vuelvo a redistribuir todo en su posición normal, sacando para ello otra bolsa que llevaba dentro de la primera. Ahora no pueden decirme nada, estoy en el duty free así que puedo cargar con todo lo que quiera (aunque por supuesto no compraré nada, reitero que soy rata). Lo gracioso fue que la persona que cortaba los billetes a la puerta del avión... sí, era la azafata de la mesa de facturación, que me echó una mirada de "yo a ti te conozco...maldita", y vio que llevaba más de una bolsa, y se cercioró de que le había mentido, pero yo me alejé disimulando mal, y aquí paz y después gloria.


Vuelta... el sentido contrario.


Bueno, esta vez nada grave; tan sólo que mi asiento había sido tomado por una persona que se había equivocado de fila (hay que ser torpe), así que al final me he puesto en otro sitio. Ah, y cuando estaba esperando el avión, me ha pasado algo extraño (que alguien me lo explique, vale?). Estoy sentada en el suelo, comiéndome un sandwich (detalle irrelevante, es que soy cansina), y de pronto viene un tío de frente, con gafas de sol, que me mira y hace un gesto de "eres tú!", pone cara de "hey!" (no me pregunteis cómo son esas caras, pero expresaban más que si hubiese hablado), y sigue andando acercándose. Para entonces yo ya estoy mosqueada en plan "quién es???", porque no lo he reconocido -me pasa con frecuencia, no sé si debido al despiste, la ceguera, o el Alzheimer (probablemente sea una combinación de los tres). En esos dos segundos, mi (lento) cerebro escanea en busca de una cara similar en mi memoria, pero falla: no sé quién cojones es. El chaval por fin llega a dónde estoy, se agacha, choca los cinco, sonríe, y se va por dónde ha venido.


No sé si me confundió con alguien, o tal vez estaba drogado. Ahora que lo pienso, lo mismo quería gorronearme bocadillo, al estilo Encarni (el detalle irrelevante quizá no lo sea tanto...). Quién sabe. Si alguna vez os lo encontrais por Barajas, contádmelo, así sabré que se trata de un profesional, y me quedo más tranquila.


Y para tranquilidad, la que os queda ahora que habeis terminado de leer esta entrada, que anda que no me ha quedado larga... Si ejjj que cuando me pongo a escribir... Hala, ahí os dejo, que me voy a sobar (mañana madrugo, que me voy a Londres!!!!)